Una vez analizado esto, voy a compartir un ejemplo. Pongamos que el mundo es una botella de agua. La ciencia ha sido capaz de estudiar hasta el último átomo de la misma, su contenido, su composición y conocemos hasta el último detalle de ella, pero nadie entiende de dónde ha salido esa botella. Desde comienzos de la humanidad nos hemos centrado en estudiarnos a nosotros y a nuestro entorno, analizarlo todo, pero miles de años después seguimos sin resolver las preguntas más fundamentales para el interés humano: qué es la vida, que hay tras la muerte, cómo se ha creado todo...etc.
Muchos científicos han intentado dar sentido a esto, pero lo cierto es que es tan complicado que un humano no es capaz de comprenderlo. Por ello a día de hoy, por muy ocultos que parezcan, si que hay mitos sobre estos temas, solo que los conocemos como "teorías existenciales". Estas teorías buscan darle sentido a todas las cuestiones que nos inquietan, pero todas han sido inventadas por el humano sin una base sólida, por lo que responden claramente a la definición de mitos. Entre muchos ejemplos, la vida intenta ser explicada con los dioses en los que creemos, la creación universal la trata la teoría del Big Bang y la muerte intenta ser explicada con un "cielo" o incluso reencarnaciones.
¿Es la muerte el fin de nuestra existencia o un premio de descanso en otro lugar? ¿Tiene un propósito la vida o la vida es el propósito? Lo que si que está claro, es que la búsqueda de estas respuestas hace bien a la humanidad, ya que si las conociésemos todas, no nos quedaría nada por saber y nuestra vida sería sistemática y aburrida. En conclusión, hoy en día también existen mitos que buscan dar explicación a temas de antaño, y es nuestra ignorancia sobre la vida la que los hace aparecer.
Yzan Pérez.