Conocemos como belleza objetiva a aquella que nadie puede despreciar, aquella que presenta unas características que resultan atractivas para todas las personas. Un caso muy claro es el de las simetrías. Numerosos estudios han demostrado que el 100% de las personas que participan en una comparativa entre dos figuras similares pero con una más simétrica que la otra, han escogido la simétrica por la armonía visual que presenta. Incluso en la edad antigua se presentaba la perfección en un cuerpo absolutamente simétrico, equilibrado y cuya altura era similar a la de siete cabezas verticalmente colocadas.
Otro canon de belleza es la proporción áurea. Se trata de un número (1, 618...) cuya representación es una espiral que se abre progresivamente. Los registros de pinturas que poseen esta proporción en su construcción se remontan a la prehistoria, cuando ni siquiera se conocía ese número, por lo que se trata de una belleza intuitiva que todo humano tiende a apreciar. Sin embargo, otros tipos de belleza dependen de factores subjetivos y totalmente diferentes en cada persona, y por eso existen personas que ven la belleza en paisajes naturales, otras en la moda y otras en la pintura. Pero lo innegable es que la belleza no depende únicamente de perspectiva, sino que hay factores que embellecen las cosas, no se trata solo de gustos particulares.
Correcta entrada Yzan. Quizá podrías haber profundizado más, pero bien.
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